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O-Sensei Morihei UESHIBA

MORIHEI UESHIBA (1883 – 1969) conocido también como O-SENSEI fue problablemente el maestro japonés más emblemático de artes marciales que se ha conocido. Aun siendo un anciano de 80 años, podía desarmar a cualquier enemigo, vencer a cualquier número de atacantes e inmovilizar a cualquier oponente con un solo dedo. Aunque invencible como guerrero, Morihei era sobre todo un hombre de paz que detestaba el conflicto, la guerra y toda clase de violencia.

El Aiki (principio de la unión, armonía) fue el resultado de sus experiencias, las técnicas que aprendió y la evolución de su ser en el plano espiritual. En 1927, abrió un Dojo en Tokyo; cuatro años después fundó el Dojo Kobukan, famoso por su intensa práctica marcial. En 1939 el gobierno de Japón reconoció su arte, y se formó la Federación Kobukan Hombu Dojo. En 1942 mientras su hijo, Kisshomaru UESHIBA permanecía en Tokyo como instructor, UESHIBA se cambió a lwama en la prefectura de lbaraki. Al año siguiente construiría el templo de Aikido llamado Aiki – Jinja. En 1948 UESHIBA cambió la Federación Kobukan a la Federación Aikikai Hombu Dojo que fue dirigida por su hijo Kisshomaru, siendo la autoridad y oficina principal para la difusión del Aikido nacional e internacional. Actualmente ya el nieto de Kisshomaru y biznieto de O-SENSEI, Mitsuteru, dirige la Fundación Aikikai Hombu Dojo manteniendo la “llama UESHIBA” alrededor de todo el mundo en sus múltiples cursos ayudado por los fieles maestros que contribuyen con la causa. 
El 26 de abril de 1969, habiendo sido condecorado cinco veces por el gobierno japonés, UESHIBA Morihei fallecia junto a sus seres queridos.

Básicamente, el Aikido se trata de salir de la línea de ataque para dominar el centro del atacante, utilizando su propia fuerza para controlarlo o proyectarlo neutralizando su intención agresiva. De esta forma se le brinda la oportunidad de retractarse por dicha mala actuación (es por ello que se considera un arte disuasorio idóneo para las fuerzas de seguridad). Lo podríamos sintetizar en un arte que trata de reciclar una energía negativa que viene en forma de agarre o ataque y reconducirla transformándola en positivo sin causar daño. Aquí está la esencia y particularidad del Aikido.

Bajo un estudio muy interesante del cuerpo logramos descubrir cómo funcionan nuestras articulaciones, nuestros puntos de desequilibrio, nuestras estructuras musculares y esqueléticas para de esta forma adquirir un autoconocimiento integral y, por tanto, de nuestro posible adversario (como expresa la máxima “conócete a ti mismo“). Éste es el punto de partida y la constante en las clases de Aikido. Para todo ello, se requiere una rigurosa búsqueda personal, alimentada por el entrenamiento paciente y constante alejándose de toda atmósfera competitiva y de combate, donde la fuerza bruta domina y el objetivo supremo es la victoria a cualquier precio.

Como arte marcial tradicional, se desarrolla el máximo sentido de etiqueta, actitud, autodisciplina, respeto por uno mismo, por el profesor y compañeros, siendo amable y poniendo en práctica los principios de colaboración mútua. 

El ambiente de calma en el aprendizaje es idóneo, para lograr concentrarse observando todos los detalles y matices necesarios para estudiar la técnica propuesta trasladando posteriormente todos estos aspectos y conceptos a la vida cotidiana, su casa, su trabajo, sus amigos…

CLASES DE AIKIDO PARA ADULTOS

CLASES DE AIKIDO PARA ADOLESCENTES

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